Frases a la patria
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Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante. Pero amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca; se le salva o se muere por ella.
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Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta.
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La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.
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Doloroso es perder la patria, más doloroso temer esta desgracia, y dolorosísimo los dos infortunios juntos.
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Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria.
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Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos.
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Nuestra patria es una, empieza en el río grande, y va a parar en los montes fangosos de la patagonia.
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La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia.
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Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas; destruir la nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera.
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. . . Todo hombre está obligado a honrar con su conducta privada, tanto como con la pública, a su patria.
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La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se la sirve, pero no se la toma para servirse de ella.
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El hombre que de su patria no exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído, y no sólo ser oído sino también creído.
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Deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás.
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Un caudillo desinteresado, es una gala de los hombres y huésped eterno de la patria.
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Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.
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Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.
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Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.
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Vámonos patria a caminar, yo te acompaño. Yo bajaré los abismos que me digas. Yo beberé tus cálices amargos. Yo me quedaré ciego para que tengas ojos. Yo me quedaré sin voz para que tú cantes. Yo he de morir para que tú no mueras, para que emerja tu rostro flameando al horizonte de cada flor que nazca de mis huesos.
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Pequeña patria mía, dulce tormenta, un litoral de amor elevan mis pupilas y la garganta se me llena de silvestre alegría cuando digo patria, obrero, golondrina.
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Pequeña patria, dulce tormenta mía, canto ubicado en mi garganta desde los siglos del maíz rebelde: tengo mil años de llevar tu nombre como un pequeño corazón futuro cuyas alas comienzan a abrirse a la mañana.
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La patria es espíritu. Ello dice que el ser de la patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan.
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Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad.
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La informática es ya una patria común; el resto, o sea, la moral, se reduce a tener limpia la acera de la casa.
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Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso: derramar mi sangre por la libertad de mi patria.
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El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes.
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¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?.
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La guerra es un juego serio en el que uno compromete su reputación, sus tropas y su patria.
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Verdaderamente tiemblo por mi patria cuando pienso que Dios existe.
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Es nuestro deseo siempre peregrino en las cosas de esta vida, y así con vana solicitud anda de unas en otras sin saber hallar patria ni descanso.
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El amor a mi patria lo he puesto sobre todos los amores y tú debes convencerte que para ser feliz conmigo, es menester que el sol de la libertad brille en nuestras frentes.