Nunca hago nada divertido, porque soy una ama de casa. Odio la palabra 'ama de casa'. Yo prefiero ser llamado 'diosa doméstica'.
Lo más importante es la bendición de Dios, y si crees en Dios y crees en ti mismo, no tienes nada de qué preocuparse.
Cualquiera que piense que el vice-presidente puede tomar una posición independiente del presidente de su gobierno simplemente no tiene conocimiento de la polÃtica o del gobierno. Usted es su elección en un matrimonio polÃtico, y que espera que su lealtad absoluta.
Ya sabes, los árabes son crÃticos de la polÃtica exterior de Estados Unidos, pero también se asocian los EE.UU. con los principios democráticos y la oportunidad.
He conocido a algunos Casanovas me gustan y algunos no me ha gustado - y espero conocer a unos cuantos más.
Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sà mismo.
La poesÃa y el progreso son como dos hombres ambiciosos que se odian unos a otros con un odio instintivo, y cuando se encuentran en la misma carretera, uno de ellos tiene que dar su lugar.
HabrÃa que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: El derecho al desorden y el derecho a marcharse.
Tengamos cuidado de la gente común, del sentido común, del sentimiento, de la inspiración, y de lo obvio.
La danza puede revelar todo lo misterioso que se oculta en la música, y tiene la ventaja adicional de ser humano y palpable. El baile es la poesÃa con los brazos y las piernas.
Me encanta Wagner, pero la música que prefiero es el de un gato colgado de su cola fuera de una ventana y tratando de pegarse a las hojas de vidrio con sus garras.
Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar.
Incluso en los siglos que nos parecen ser los más monstruoso y absurdo, el apetito inmortal de la belleza siempre ha encontrado satisfacción.
SerÃa difÃcil para mÃ, no a la conclusión de que el tipo más perfecto de la belleza masculina es Satanás, tal como es representado por Milton.
Un artista es un artista sólo debido a su exquisita sentido de la belleza, un sentido que lo muestra intoxicante placeres, pero que al mismo tiempo implica y contiene igualmente un exquisito sentido de todas las deformidades y todo desproporción.
El placer que se deriva de la representación de la actual se debe, no sólo a la belleza puede ser revestido de, sino también a su calidad esencial de estar presente.
La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor son elementos esenciales y caracterÃsticos de la belleza.
Para las tumbas solemnes, cerca de un cementerio solitario, mi corazón como un tambor sordo late marchas fúnebres.
Como un niño pequeño, me sentà en mi corazón dos sentimientos contradictorios, el horror de la vida y el éxtasis de la vida.
La voluptuosidad única y suprema del amor radica en la certeza del mal cometido. Y los hombres y las mujeres saben que desde su nacimiento en el mal se encuentra en todo deleite sensual.
La naturaleza es un templo en el que a veces las columnas vivientes emiten palabras confusas. El hombre se acerca a ella a través de bosques de sÃmbolos, que lo observan con miradas familiares.
Considero que es inútil y tedioso para representar lo que existe, porque nada de lo que existe me satisface. La naturaleza es feo, y yo prefiero los monstruos de mi fantasÃa a lo que es positivamente trivial.
¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! / ¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!
Estamos abrumados, cada momento, por la concepción y la sensación de tiempo. Y no hay más que dos medios de escape y olvidar esta pesadilla: el placer y el trabajo. El placer que nos consume. El trabajo nos fortalece. Elijamos.
Es por malentendido universal que todos estamos de acuerdo. Pues si por mala suerte, la gente se entendÃan, nunca estarÃan de acuerdo.
Para que no sean esclavos del tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin parar!. De vino, de poesÃa o de virtud,a vuestro antojo!.
Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, embriagaos, ¡embriagaros sin cesar! con vino, poesÃa o virtud, a vuestra guisa.
Consentir que nos condecoren es reconocer al Estado o al principe el derecho de juzgarnos, ilustrarnos, etc.
En la literatura como en la ética, existe el peligro, asà como la gloria, de ser sutil. Aristocracia nos aÃsla.
El gusto de la concentranción productora debe reemplazar, en un hombre ya maduro, al gusto de la desperdigación.
El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crÃmenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.