Frases de Enrique Jardiel Poncela
Si otra persona te hace daño, podrás olvidarte del daño; pero si tú le haces daño, lo recordarás para siempre.
Lo que la sociedad no se da cuenta es que en el pasado, la gente común respeta el aprendizaje. Se respetan los libros, y ahora, o no, no hacen mucho. Todo ese respeto a la literatura seria y el aprendizaje ha desaparecido.
No hay que confundir la belleza con hermosa. Hermosa es un juicio humano. La belleza es todo. La diferencia es todo.
Durante los años 80 y 90, todos nos convertimos consumidos con nosotros mismos. En el siglo 21, hemos vuelto a los tiempos más simples. La gente está luchando económicamente, lo que ha obligado a reducir los aspectos materiales de su vida y darse cuenta de la belleza de la búsqueda de la simple alegrÃa de estar con la gente que amamos.
Hollywood es una aspiración por su confianza y su fe o su unión. Simplemente caminar por la calle se puede sentir.
Sólo espero que me siga manteniendo una lÃnea entre mi vida privada y que yo juego, aunque están estrechamente relacionados, y por eso soy cuidadoso. Ni siquiera sé dónde está mi lÃnea es, pero sé que tengo una lÃnea.
Yo, básicamente, veo dos razones para una salida a bolsa: Glencore tiene acceso a más dinero. Es una manera de financiar su negocio y para financiar el crecimiento. Plus: Tiene acciones más lÃquidas. Es más fácil dejar la compañÃa y canjear sus acciones. El 'Going Public 'también puede ser una estrategia de salida para la alta dirección.
Los polÃticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa.
El fin de la religión, de la moral, de la polÃtica, del arte, no viene siendo desde hace cuarenta siglos más que ocultar la verdad a ojos de los necios.
La amistad, como el diluvio universal, es un fenómeno del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto con sus ojos.
Lo vulgar es el ronquido, lo inverosÃmil, el sueño. La humanidad ronca, pero el artista está en la obligación de hacerla soñar o no es artista.
El amor, el tabaco, el café y, en general, todos los venenos que no son lo bastante fuertes para matarnos en un instante, se nos convierten en una necesidad diaria.
Los senos de la mujer son la única persistencia del hombre; los coge al nacer y ya no los suelta hasta morir de viejo.