Tengo un montón de llamadas de las familias y las personas que hayan cumplido el tiempo y dicen: 'Gracias, Sheriff. Odio las tiendas. ' Eso es música para mis oÃdos.
Pasé mis primeros dos años en una pequeña universidad de todos los hombres en Virginia llamado Hampden-Sydney. Fue como ir a la universidad hace 120 años. Las lenguas, un año de la retórica, todos los grandes libros, cursos hombre occidental, cosas asÃ.
Cuando busco libros de auto-ayuda para mÃ, me daba miedo que me iba a recoger un libro que me deprimir aún más.
Como todo lo que no es el resultado involuntario de emoción pasajera sino la creación de tiempo y voluntad, cualquier matrimonio, feliz o infeliz, es infinitamente más interesante que cualquier romance, sin embargo apasionada.
Usted ve, lo interesante de libros, a diferencia, por ejemplo, a las pelÃculas, es que siempre es una sola persona encontrar el libro, no es un público, que es uno a uno.
A veces tienes que interpretar a personajes y emociones que no quieres interpretar, pero tienes un deber con la historia y como narrador de hacerlo.
Las instituciones que hemos construido a lo largo de los años para proteger nuestros derechos de privacidad individuales por parte del gobierno no se aplican al sector privado. La Cuarta Enmienda no se aplica a las empresas. La Ley de Libertad de Información no se aplica a Silicon Valley. Y no se puede acusar a Google si se rompe su 'No seas malvado' promesa de campaña.
Nuestras sociedades democráticas están en peligro. En dejándonos infiltraron por el miedo a ser cegado por la pasión de la identidad, estamos entreteniendo las más graves ilusiones sobre nuestra libertad.
Si he hecho descubrimientos invaluables ha sido más por tener paciencia que cualquier otro talento.
No se lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los mÃos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendÃa, inexplorado frente a mi.
Hemos de admitir que hay más causas de las cosas naturales que aquellas que son a la vez verdaderas y suficientes para explicar sus apariencias.
Un hombre puede imaginar las cosas que son falsas, pero sólo puede entender las cosas que son verdad, porque si las cosas son falsas, la aprehensión de ellos no es la comprensión.