Frases de Noel Clarasó
Creo que todas las canciones deben tener tiempo en ellos. Los nombres de ciudades y calles, y deben tener un par de marineros. Creo que esos son sólo los requisitos previos de canciones.
Yo no digo que seamos un equipo defensivo. Yo digo que somos un equipo fuerte en términos defensivos, pero al mismo tiempo carecemos de suficiente fluidez en el ataque debido a que se necesita tiempo para venir.
Yo no querÃa alejarse de fútbol sin saber lo que significa ser un gerente, o incluso preguntándose cómo era ser despedido.
Tal vez algún dÃa, si trabajo lo suficiente, el entretenimiento será una carrera para mÃ, pero ahora mismo a hacer videos y subirlos a Internet es sólo un hobby.
Las historias de emisión que mueren o ser superado por cable se han detenido. Lo mismo sucede con las historias sobre el Internet lastimar nuestro negocio.
Una persona que viola una ley injusta que la conciencia le dice que es injusto, y que acepta de buen grado la pena de prisión con el fin de despertar la conciencia de la comunidad sobre su injusticia, está expresando en realidad el más alto respeto por la ley.
Todos recordamos dónde estábamos y que todos recordamos lo que estábamos haciendo. Yo tenÃa un hermano en Nueva York, un tÃo, un montón de amigos en Nueva York. Se me hizo enojar, me hizo triste, ¿qué podÃa hacer.
Algunas veces, la razón me parece ser la facultad de nuestra alma para no comprender nada de nuestro cuerpo.
Cuanto más que aprender a leer el menos aprender a ganarse la vida. Eso es una cosa sobre un poco de educación. Se le echa a perder para el trabajo real. Cuanto más sabes, más crees que alguien te debe la vida.
Música, Rock and roll, especialmente, es una cosa generacional. Cada generación debe tener su propia música, yo tenÃa mi propio de mi generación, ustedes tienen las suyas, todos los que conozco tiene su propia generación.
Un ateo es un hombre que mira a Notre Dame - Universidad Metodista del Sur del juego y no le importa quién gana.
El amor es como los huéspedes. Lo que importa no es creer en ellos, sino saberlos recibir cuando se presentan, aprovecharlos mientras están, y despedirlos con cortesÃa cuando se marchan.
El amor tiene dos momentos deliciosos: el primero y el último; lo malo es el tiempo que transcurre entre ellos.
Cuando los sabios se enamoran parecen tontos; cuando se enamoran los tontos, parecen tan tontos como antes.
Hay que tener en cuenta que aunque el hombre se siente capaz de todo por amor, el amor no aumenta en nada la habilidad personal.
Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer; y lo único que hace falta para que este amor se disipe es seguir teniéndola demasiado cerca.
Tratarse mal sin enfadarse es una de las mayores delicadezas de la verdadera amistad. Que puede ser superada por otra delicadeza: la de tratarse siempre bien.
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.
Indudablemente la época más feliz del matrimonio es la luna de miel; lo malo es que para repetirla, han de suceder cosas muy desagradables.
Cita siempre los errores propios antes de referirte a los ajenos. Asà nunca parecerá que presumes.
El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.
La conciencia es como un huésped pesado que grita siempre, pero con el que, salvo en algunos casos gravÃsimos, uno termina por entenderse.
Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han lanzado primero el corazón.
Todo el mundo cuenta como ganó sus primeras cien pesetas; nadie cuenta como ganó su último millón.
Uno de los grandes secretos del trato con los hombres consiste, para los inteligentes, en fingir menos inteligencia de la que tiene, y para los tontos, en fingir más.
Muchos gritan y discuten hasta que el otro calla. Creen que le han convencido. Y se equivocan siempre.
El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta.
Un hombre de estado es el que pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas.
Morir por la patria es una gloria; pero son más útiles los que saben hacer morir por la patria a los soldados enemigos.