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Frases de Pedro Calderón de la Barca

Frases de Pedro Calderón de la Barca

Fue un escritor español, caballero de la Orden de Santiago, conocido fundamentalmente por ser uno de los más insignes literatos barrocos del Siglo de Oro, en especial por su teatro.

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Me encanta lector de correo, y yo hago lo lea, pero no voy a leer el correo de odio.



Los libros no están hechos para los muebles, pero no hay nada más que tan bien le suministre una casa.



No me acuerdo de libros infantiles adecuados en mi infancia. Yo no estaba expuesto a ellos.



Lo que estoy más orgulloso es el legado de esperanza de que la FIFA y el fútbol deja en todo el mundo. Hace que todos los esfuerzos y energía vierto en este trabajo vale la pena.



Creo en el matrimonio tradicional.



El terrorismo nunca puede ser aceptado. Tenemos que luchar juntos, con métodos que no comprometan el respeto al estado de derecho y los derechos humanos, o se utilizan como una excusa para que otros lo hagan.



Me gustaría protagonizar películas donde mostraran mi lado más cómico.



Al actuar te basas en lo que sea pertinente para la parte que estás interpretando; lo hace más personal.



Me encantaría conocer a Kelly Clarkson y si tengo la oportunidad de que le diría muchas gracias por la inspiración.



Sabiendo que podemos ser amados tal como somos nos da la mejor oportunidad para crecer en el más sano de la gente.



Honestamente, yo sólo trato de hacer lo mejor que puedo con todas las oportunidades que me dan, y cuando me dan las oportunidades de sacar el máximo provecho de ellos.



Yo quería tener la oportunidad de viajar a Vietnam y Sydney, y tener la oportunidad de trabajar allí.



Letras son siempre engañosas, porque hacen que la gente piensa que eso es lo que la música se trata.



Los que aprueban una opinión, la llaman opinión; pero los que la desaprueban la llaman herejía.



Es impío no el que suprime a los Dioses, sino el que los conforma a las opiniones de los mortales.



En las venturas de amor, dice el que más calla.



¿qué es la vida? un frenesí. ¿qué es la vida? una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.



Es parentesco sin sangre una amistad verdadera.



La pérdida de los cielos es el dolor más grande en el infierno.



Si Dios todo lo ha criado, ¿quién no es criado de Dios?.



¿Qué ley, qué razón puede negar ese regalo tan dulce, tan natural, que Dios ha dado a una corriente, un pez, un animal, un pájaro?



La intención hace el agravio.



Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.



Hay delitos tales, que atentas las leyes se los dejaron sin pronunciarles sentencia, por no prevenir que habría quien los cometiese.



Tenemos un Cielo tan piadoso, que no envía el daño sin el remedio.



El Cielo junta desiguales extremos.



Dichas que se pierden son desdichas más grandes.



El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad.



'Tis no en los que mienten, pero de donde caímos, la pérdida de los cielos es el mayor dolor en el infierno.



No hay razón donde hay fuerza.



Uno puede saber cómo ganar una victoria, y no sé cómo usarlo.



La voz del pueblo es la más sonora salva.



El silencio es retórica de amantes.



No le des nunca consejos al que te pida dinero.



Tanto miedo tengo, que aun para huir valor no tengo.



Uno puede saber cómo obtener una victoria, y no saber cómo usarla.



El que olvidar solicita, no olvida cuando se acuerda de que se acuerda que olvida.



Siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence.



De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente.



El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.



Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos.



En comunidades siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence.



Nunca el pobre es ni bien ni mal nacido; bien, porque otro ha de dudarlo; mal, porque él no ha de decirlo.



La muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno.



Vencer y perdonar, es vencer dos veces.



¿Qué importa errar lo menos quien ha acertado lo más?



¡qué presto se consolaron, los vivos de quien murió¡, y más cuando el tal difunto, mucha hacienda les dejó.