frases de vino
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El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas.
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El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría. Caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto.
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El vino siembra poesía en los corazones.
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En el vino (está) la verdad.
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Con la primera copa el hombre bebe vino; con la segunda el vino bebe vino, y con la tercera, el vino bebe al hombre.
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El vino es la ganzúa de la verdad.
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Huye del vino, pero ayuda al borracho.
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Si dios hubiera querido prohibirnos el vino, las viñas serían amargas.
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Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y , como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador.
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El vino no tiene vergüenza.
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El bebedor fino, a sorbitos bebe el vino.
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Mala es la llaga que con vino no sana.
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Bebido con buenos amigos, sabe bien cualquier vino.
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Un vaso de vino en el momento oportuno, vale más que todas la riquezas de la tierra.
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A cena de vino, desayuno de agua.
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El ánfora guarda siempre el aroma del primer vino que guardó.
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Si el mar fuera vino, todo el mundo sería marino.
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Para conservar la salud y cobrarla si se pierde, conviene alargar en todo y en todas maneras el uso del beber vino, por ser, con moderación, el mejor vehículo del alimento y la más eficaz medicina.
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El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.
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Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
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El vino, mientras más se envejece, más calor tiene: al contrario de nuestra naturaleza, que mientras más vive, más se va enfriando.
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El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte.
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El vino debe tener tres prendas de mujer hermosa: buena cara, buen olor y buena boca.
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Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino.
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El vino hace la vida más fácil y llevadera, con menos tensiones y más tolerancia.
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Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa, está peor que muerto.
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El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida.
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Si los amantes del vino y del amor van al infierno..., vacío debe estar el paraíso.
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La comida es la parte material de la alimentación, pero el vino es la parte espiritual de nuestro alimento.
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Si quieres vivir mucho, guarda un poco de vino rancio y un amigo viejo.
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El vino es la cosa más civilizada del mundo.
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Del mal vino, buena borrachera.
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Llenáronse de regocijo los pechos porque se llenaron las tazas de generosos vinos que, cuando se trasiegan por la mar, de un cabo a otro, no hay néctar que se les iguale.
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Me gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo.
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Creo que es un gran error considerar cobrar altos impuestos a los vinos como un impuesto al lujo, si lo hiciéramos estaríamos cobrándole impuestos a la salud de nuestros ciudadanos.
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El vino con el amigo.
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Donde no hay vino no hay amor.
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A donde entra mucho vino todos los vicios hacen camino.
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Bueno es el vino, cuando es del fino.
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Oh, botella sin vino! ¡Oh, vino que enviudó de esta botella!.
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Los muchachos deben abstenerse de beber vino, pues es un error añadir fuego al fuego.
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El vino tórnase bueno cuando resultaba nuevo, duro y áspero, pero se sostiene aquel vino que ya en el lagar era agradable.
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El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza.
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A la carne vino, y si es jamón, con más razón.
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No nos hagáis beber, ¡oh!, no, esas aguas minerales, benditas o lustrales, sino buen vino, ¡por lo que más queráis!.
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Vino, enseñame el arte de ver mi propia historia, como si esta ya fuera ceniza en la memoria.
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Mis aforismos son como los buenos vinos, mientras más pasa el tiempo, más caros.
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Las copas sin vino son pesadas, son arcilla como las vasijas de barro, mas al llenarlas de vino se hacen leves lo mismo que los cuerpos con las almas.
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El vino de la adolescencia no siempre aclara según pasan los años, a veces se vuelve turbio.