Frases Emotivas
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Una llave de oro abre todas las cerraduras.
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La guerra no consiste sólo en la batalla sino en la voluntad de contender.
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La burocracia en los países latinos parece que se ha establecido para vejar al público
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Después del poder, nada hay tan excelso como el saber tener dominio de su uso.
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El poder más peligroso es el del que manda pero no gobierna.
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Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo.
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Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.
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La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.
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El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio.
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Aquel que no usa su moralidad sino como si fuera su mejor ropaje, estaría mejor desnudo.
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Cuando una multitud ejerce la autoridad, es más cruel aún que los tiranos.
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Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño.
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Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.
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Lo único malo de los hombres es que no los tengo siempre cerca de mi.
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El sentido moral es de gran importancia. Cuando desaparece de una nación, toda la estructura social va hacia el derrumbe.
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Observa, escucha, calla. Juzga poco, pregunta mucho.
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Las costumbres del que nos habla nos convencen más que sus razonamientos.
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La política depende de los políticos como el tiempo depende de los astrónomos.
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Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza que le han sido dados sobre la tierra al hombre, son los goces de familia.
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Toda relación con la tierra, el hábito de labrarla, de trabajar sus minas o simplemente de cazar en ella, engendra el sentimiento de patriotismo.
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El patriotismo en el campo de batalla consiste en conseguir que otro desgraciado muera por su país antes de que consiga que tu mueras por el tuyo.
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Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición.
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Donde hay educación no hay distinción de clases.
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Gobernar es pactar; pactar no es ceder.
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Cuando un hombre se echa atrás, sólo retrocede de verdad. Una mujer sólo retrocede para coger carrerilla.
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Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad.
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Ninguna nación fue arruinada jamás por el comercio.
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Aquel que tiene gran poder debe usarlo livianamente.
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A todas las mujeres les encanta y les emociona recibir cartas.
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En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
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La moral es la ciencia por excelencia; es el arte de vivir bien y de ser dichoso.
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Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis probar el carácter de un hombre, dadle poder.
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Salvar la civilización es salvar la vida de un pueblo.
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El futuro depende, en gran parte, de la familia, lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz.
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Inicua es la ley que a todos igual no es.
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No hay gente ineducada. Todo el mundo lo está; sólo que mucha gente está mal educada.
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La tarea del educador moderno no es podar las selvas, sino regar los desiertos.
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Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.
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Cuando un pueblo se ha vuelto incapaz de gobernarse a sí mismo y está en condiciones para someterse a un amo, poco importa de dónde procede éste.
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El dinero no da la felicidad, ciertamente; pero tampoco es un serio obstáculo.