Frases que nunca se olvidan
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Para la burguesía, el único deber del Estado consiste en proteger la libertad y la propiedad personales del individuo. La burguesía considera el Estado como la imagen del policía, cuyo único deber teóricamente impedir el robo.
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Nuestros sentidos nos permiten percibir sólo una pequeña porción del mundo exterior.
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Las personas nos influyen, las voces nos conmueven, los libros nos convencen, los hechos nos entusiasman.
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No por mucho madrugar amanece más temprano.
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En el país de los ciegos el tuerto es el rey.
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El inventor de una máquina puede estar seguro de que será recompensado en vida; pero el autor de un gran poema, así como el apóstol de una verdadera religión, han de estar casi seguros de todo lo contrario.
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Todos los caminos conducen a Roma.
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La gente que escribe libros, rara vez son intelectuales. Los intelectuales son gente que hablan sobre los libros que han escrito otros.
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La teología es el pensamiento aplicado a la religión; y los que prefieren una religión sin pensamiento no tienen por qué desdeñar a los que tienen gustos más racionalistas.
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Al burro muerto, cebada al rabo.
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Cada cosa que existe es una virgen que ha de ser amada para hacerse fecunda.
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La habilidad moderna no consiste en esconder la emoción, sino en afectarla.
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Los hombres sabios nos han enseñado que no sólo hay que elegir entre los males el menor, sino también sacar de ellos todo el bien que puedan contener.
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Burro que lleva la carga a fuerza de palos..., malo, malo, malo.
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Unidos, nos mantendremos en pie; divididos, nos caeremos.
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Yo siempre me pongo a dieta, igual que todas las semanas dejo de fumar.
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Da lo que mandas y manda lo que quieras.
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Un joven puede guardarse del vicio pensando continuamente en la enfermedad. Puede guardarse de él pensando continuamente en la Virgen María. Podréis discutirme cuál de los dos métodos es más razonable, o hasta cuál es el más eficaz. Pero no puede haber discusión ninguna sobre cual es el más sano.
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No se puede repicar y andar en la procesión.
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En el Cielo dicen Aleluya, porque en la Tierra han dicho Amén.
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La gentileza siempre es un signo de traición.
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Un cuerpo sano es cosa buena; pero un alma sana vale más que todo lo que el hombre pueda desear; un alma sana es lo más hermoso que el cielo pueda concedernos para hacer feliz esta pobre tierra nuestra.
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Nada más fácil que hacerse aplaudir por la canalla.
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El pez grande se come al pequeño.
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El hombre reina y la mujer gobierna.
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Gallo que no canta, algo tiene en la garganta.
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Ande yo caliente ríase la gente.
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No entres donde no puedas pasar fácilmente la cabeza.
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La astrología es una ciencia que tienen por golosina los cobardes, sin otro fundamento que el crédito de los supersticiosos. Es un falso testimonio que los hombres mal ocupados levantan a las estrellas.
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Todo impuesto debe salir de lo superfluo, y no de lo necesario.
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Una maldición nunca ha matado una mosca.
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El mayor imperio es el imperio de uno mismo.
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La virilidad empieza cuando hemos aprendido a vivir en la necesidad.
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Las cosas de palacio van despacio.
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Es más fácil conocer al hombre en general que a un hombre en particular.
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Dijo la sartén al cazo: quítate allá, que me tiznas.
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Cuando el espíritu está abatido, es menester sacudirlo.
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Es funesto que nos acostumbremos a reconocer como ejemplos de sana belleza algunas obras clásicas, que acaso son objetivamente muy valiosas, pero que no causan deleite.
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La más pequeña mosca irrita al león más terrible.
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El sarcasmo es el lenguaje del diablo.
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El maestro ciruela, que no sabe leer y pone escuela.
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El que adelante no mira, atrás se queda.
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Donde no hay harina, todo es mohína.
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Un hombre vulgar puede acabarse lo mismo que un gran hombre.
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La falsedad y el disimulo son útiles dentro de la vida social. Yo esta condición no la he tenido, y creo que el no tenerla me ha perjudicado más que otra cosa. También me ha perjudicado un poco, al tratar con propios y extraños, el no tener solemnidad.
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Dondequiera que fueres, haz lo que vieres.
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Manos blancas no ofenden.
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Mi sangre y mis orígenes son albaneses, pero soy de ciudadanía india. Soy monja católica. Por profesión, pertenezco al mundo entero. Por corazón, pertenezco por completo al Corazón de Jesús.
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Quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can.
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El lujo está siempre en proporción con el desnivel de las fortunas.
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En este triste país, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.
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De fuera vendrá quien de casa te echará.
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Cada mochuelo a su olivo.
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Estaba furioso de no tener zapatos; entonces encontré a un hombre que no tenía píes, y me sentí contento de mi mismo.
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Es improcedente hablar de reforma sin hacer referencia a la forma.
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Más vale feo y bueno que guapo y perverso.
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Donde las dan, las toman.
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Aramos, dijo la mosca al buey.
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El sigilo frente a la luz nació con los hombres.
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En el hombre hay una serpiente: el intestino, que tienta, traiciona y castiga.
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Las valiosas presas convierten en ladrones a los hombres honrados.
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Al amor, al baño y a la tumba, se debe ir desnudo.
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Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
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A fin de cuentas, todo es un chiste.
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De nada sirve al hombre ganar la Luna si ha de perder la Tierra.
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Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
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Por bueno que sea un caballo, necesita espuelas.
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Un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero.
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Al que al cielo escupe, en la cara le cae.
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Al hablar, como al guisar, su granito de sal.
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Ser discutido, es ser percibido.
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Todo lo difícil debe intentarse mientras es fácil.
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Por la muestra se conoce el paño.
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Muchos vencimientos han ocasionado la consideración, y muchas victorias ha dado la temeridad.
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Uno levanta la caza y otro la mata.
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En cada casa cuecen habas, y en la nuestra a calderas.
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Dame pan y llámame tonto.
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Es preferible el bien de muchos a la opulencia de pocos.
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Cuando una lámpara se destroza, la luz yace muerta en el suelo.
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Mezcladas andan las cosas: junto a las ortigas nacen las rosas.