Palabras de aliento
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Cuando estés en Roma, compórtate como los romanos.
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En las arengas destinadas a persuadir una colectividad se pueden invocar razones, pero antes hay que hacer vibrar sentimientos.
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Acepta los riesgos, toda la vida no es sino una oportunidad. El hombre que llega más lejos es, generalmente, el que quiere y se atreve a serlo.
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El hombre no puede saltar fuera de su sombra.
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Si lloras de alegría, no seques tus lágrimas: las robas al dolor.
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Quiero llorar porque me da la gana.
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Nosotros, los mortales, logramos la inmortalidad en las cosas que creamos en común y que quedan después de nosotros.
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Todo lo que una mujer quiere de verdad - un perro, un hombre, Dios, cualquier cosa - lo quiere como a un hijo.
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Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
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El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda.
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Yo creía que la ruta pasaba por el hombre, y que de allí tenía que salir el destino.
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La curiosidad de conocer las cosas ha sido entregada a los hombres como un castigo.
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Ante las injusticias y adversidades de la vida... ¡calma!.
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El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.
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Compra lo necesario, no lo conveniente.
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El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve.
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A solas soy alguien. En la calle nadie.
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Prefiero ser el primero en una aldea que el segundo en Roma.
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Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.
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El desdichado no tiene otra medicina que la esperanza.
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Es mejor quemarse que apagarse lentamente.
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Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.
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Ahora que estás lejos de mi, no sabes cuanto te extraño !!
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Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá.
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Ningún gobierno puede mantenerse sólido mucho tiempo sin una oposición temible.
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El infortunio es necesario también para descubrir ciertas minas misteriosas ocultas en la inteligencia humana.
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Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.
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A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar.
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Nunca olvido una cara pero con la suya voy a hacer una excepción.
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Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad.
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El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
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La llave del éxito es el conocimiento del valor de las cosas.
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El hablar que no termina en acción, mejor suprimirlo.
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La corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo.
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¿Cómo sabes si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta?
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Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen.
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Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición.
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Morir mañana es tan bueno como morir cualquier otro día.
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Las acciones pueden ser atroces, y las intenciones puras.
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No todo lo que es oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida.
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Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, ,guardé silencio, ,porque yo no era comunista, ,Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,,guardé silencio, ,porque yo no era socialdemócrata, ,Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, ,no protesté, ,porque yo no era sindicalista, ,Cuando vinieron a buscar a los judíos,,no protesté, ,porque yo no era judío, ,Cuando vinieron a buscarme, ,no había nadie más que pudiera protestar.
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Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera.
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En todas las épocas los pequeños han tenido que expiar por la tontería de los grandes.
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A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse.
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Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos.
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Latoso es el que nos quita la soledad y no nos da compañía.
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Las injurias tienen una gran ventaja sobre los razonamientos: la de ser admitidas sin pruebas por una multitud de lectores.
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El paraíso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía.
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Dos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho.
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El que quiera prosperar en sus negocios hágalos por sí mismo, y si quiere que todo le salga mal, no tiene más que confiarlos a manos ajenas.
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La vida es hermosa, vivirla no es una casualidad.
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En los contratiempos, sobre todo, es en donde conocemos todos nuestros recursos, para hacer uso de ellos.
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No son los deberes lo que quitan a un hombre la independencia: son los compromisos.
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Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría.
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No hay ningún viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige.
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Algunos se equivocan por temor a equivocarse.
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Todas las generalizaciones son peligrosas, incluida ésta.
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En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento.
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Ni bebas agua que no veas, ni firmes cartas que no leas.
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El ejercicio físico es una bobada. Si estás bien no lo necesitas y si estás mal no puedes hacerlo.
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El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
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Los bienes son para aquellos que saben disfrutarlos.
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Si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré con alegría, y si no llego hasta que transcurran diez millones de años, esperaré alegremente también.
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Tendremos el destino que no hayamos merecido.
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Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él.
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La necesidad es un mal, no hay necesidad de vivir bajo el imperio de la necesidad.
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El mando de muchos no es bueno; basta un solo jefe.
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Si no hay café para todos, no habrá para nadie.
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Si no puedo dibujarlo, es que no lo entiendo.
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El hombre sano no tortura a otros, por lo general es el torturado el que se convierte en torturador.
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Al inteligente se le puede convencer; al tonto, persuadir.
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¿Quieres un consejo para tu éxito en la vida de relación? Ayuda a los otros a sujetarse la careta.
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En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra.
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Cuando pienso que un hombre juzga a otro, siento un gran estremecimiento.
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El mundo es un absurdo animado que rueda en el vacio para asombro de sus habitantes.
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No es bueno que todo suceda como deseamos. Cuando todo nos sonríe en el mundo, nos apegamos a éste muy fácilmente y el encanto es muy fuerte. Por eso, y porque dios nos ama, no permite que durmamos mucho y muy cómodamente en este lugar de destierro.
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Los que hacen imposible una revolución pacífica harán inevitable una revolución violenta.
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Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía.
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Triste puedo estar solo: para estar alegre, necesito compañía.
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Es de sentido común elegir un método y probarlo. Si falla, admitirlo francamente y probar con otro. Pero, sobre todo, intentar algo.