Palabras de aliento
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Si una espina me hiere, me aparto de la espina pero no la aborrezco.
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El conocimiento nos hace responsables.
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Es tan difícil verse a uno mismo como mirar para atrás sin volverse.
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Aprende a vivir y sabrás morir bien.
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Los remordimientos se adormencen en la prosperidad y se agudizan en los malos tiempos.
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Llorar, sí; pero llorar de pie, trabajando; vale más sembrar una cosecha que llorar por lo que se perdió.
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Aunque los hombres se jacten de sus grandes acciones, muchas veces no son el resultado de un gran designio, sino puro efecto del azar.
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Las fronteras no son el este o el oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrenta a un hecho.
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Vacía tu bolsillo en tu mente, y tu mente llenará tu bolsillo.
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Todo hombre alimenta un secreto sueño, que no es la bondad ni el amor, sino un desenfrenado deseo de placer y egoísmo.
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Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
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Cuesta más responder con gracia y mansedumbre, que callar con desprecio. El silencio es a veces una mala respuesta, una respuesta amarguísima.
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La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible.
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Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor.
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Tan tranquilas son las personas honradas y tan activas las pícaras, que a menudo es necesario servirse de las segundas.
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No hay cosa más excusada y aun perdida que el contar el miserable sus desdichas a quien tiene el pecho colmado de contentos.
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Quien siembra vientos recoge tempestades.
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Juzga a un hombre tanto por sus amigos como por sus enemigos.
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Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas.
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Quien nunca tuvo almohada, no la echa de menos.
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Se quiere más aquello que se ha conseguido con muchas fatigas.
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En el mundo hay sólo dos maneras de triunfar: por la propia capacidad o por la imbecilidad ajena.
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Algunos piensan que conocen a todos, cuando en realidad no se conocen a sí mismos.
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El nacimiento de la ciencia fue la muerte de la superstición.
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La soledad, si bien puede ser silenciosa como la luz, es, al igual que la luz, uno de los más poderosos agentes, pues la soledad es esencial al hombre. Todos los hombres vienen a este mundo solos y solos lo abandonan.
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Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado.
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La primera y la más simple emoción que descubrimos en la mente humana es la curiosidad.
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He sido un hombre afortunado; en la vida nada me ha sido fácil.
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La adicción nunca debería ser tratada como un delito. Debe ser abordada como un problema de salud.
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Yo soy yo y mi circunstancia.
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Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra.
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Si dais la impresión de necesitar cualquier cosa no os darán nada; para hacer fortuna es preciso aparentar ser rico.
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Es bastante difícil no ser injusto con lo que uno ama.
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La sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única capaz de mover lo inconmovible.
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La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano.
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Desprecia al hombre orgulloso que se avergüence de verter lágrimas.
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Lo mismo da triunfar que hacer gloriosa la derrota.
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Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo.
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La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde.
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El que sólo practica la virtud para conquistar una gran reputación está muy cerca de caer en el vicio.
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Hay que haber vivido un poco para comprender que todo lo que se persigue en esta vida sólo se consigue arriesgando a veces lo que más se ama.
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Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso.
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Las voluntades débiles se traducen en discursos; las fuertes, en actos.
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El que vive prudentemente, vive tristemente.
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Toda convicción es una cárcel.
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Larga es la noche para el que yace desperto; larga es la milla para el que va cansado; larga es la vida para el necio que no conoce la verdadera ley.
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Aunque tu mujer haya cometido cien faltas no la golpees ni con una flor.
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Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos.