Frases con doble sentido
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Si nos atrevemos a creer en la vida eterna, a vivir para la vida eterna, veremos cómo la vida se torna más rica, más grande, libre y dilatada.
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Mi forma de llamar la atención es igualándome con la gente. Siempre trato de transmitir que no soy un 'superstar', que no soy alguien importante por encontrarme sobre un escenario.
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Porque es tocando fondo, aunque sea en la amargura y la degradación, donde uno llega a saber quién es, y donde entonces empieza a pisar firme.
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No solamente es ciega la fortuna, sino que de ordinario vuelve también ciegos a aquellos a quienes acaricia.
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El universo no fue hecho a medida del hombre; tampoco le es hostil: es indiferente.
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La gente termina siempre por condenar a los que acusa.
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La mayoría de los pecadores pasan su vida ofendiendo a Dios y confesándose.
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Evitemos suplantar con nuestro mundo el de los demás.
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¿Cómo se llama al animal más temible? Preguntó un rey a cierto sabio. Y éste respondió: los salvajes le llaman tirano; los mansos, adulador.
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Las cosas se llaman equívocas cuando tan sólo tienen de común el nombre.
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La adversidad es ocasión de virtud.
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No hay más alianzas que las que trazan los intereses.
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La medida más segura de toda fuerza es la resistencia que vence.
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Los mitos tienen más poder que la realidad. La revolución como mito es la revolución definitiva.
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La corrupción del gusto forma parte de la industria de los dólares y hace juego con ella.
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La penicilina se descubrió por casualidad, el Napalm no.
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Muchas son las leyes en un estado corrompido.
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Un guijarro en el lecho de un pobre arroyuelo puede mudar el curso de un río.
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Toda obra es deleznable, sólo su ejecución no lo es.
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Lo que da valor a un placer es usarlo raramente.
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El pájaro, hasta cuando anda, se nota que tiene alas.
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La suerte no se puede almacenar.
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Sólo el motivo constituye el mérito de las acciones; y el desinterés les da la perfeccion.
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El que sospecha invita a traicionarlo.
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Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos.
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A menos que haya complicaciones, está a punto de morir.
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Nuestro crimen es ser hombres y querer conocer.
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Los conceptos son de todos y se nos imponen desde fuera; las intuiciones siempre son nuestras.
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Si todo parece estar yendo bien, obviamente has pasado algo por alto.
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Todo el mundo admite que las historias obscenas que uno mismo escribe, distan de tener un efecto tan peligroso como las escritas por otros.
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Hay hombres que no suben después de caer.
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Por mala senda en tenebrosa noche,sin saber a dónde voy, camino a ciegas,,ignorante a la par de dónde vengo.
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En toda obra de genio reconocemos nuestros pensamientos rechazados.
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Al hacer una profunda reverencia a alguien, siempre se vuelve la espalda a algún otro.
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Cuánto placer se obtiene del conocimiento inútil.
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La enfermedad es el tirano más temible.
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He firmado tantos ejemplares de mis libros que el día que me muera va a tener un gran valor uno que no lleve mi firma.
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Todo lo que no es eterno está eternamente pasado de moda.
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Los estereotipos son verdades cansadas.
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Hay que ser ligero como el ave, y no como la pluma.
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Aceptar un favor de un amigo es hacerle otro.
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Cuando la estafa es enorme ya toma un nombre decente.
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La peor especie de enemigos es la de los aduladores.
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Dime cómo te diviertes y te diré quién eres.
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El hombre nace sin dientes, sin cabello y sin ilusiones. Y muere lo mismo: sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones.
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Es mucho más difícil juzgarse uno mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte correctamente serás un verdadero sabio.
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El que confía sus secretos a otro hombre se hace esclavo de él.
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El azar es orden en el tiempo.
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Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.
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Los hombres intentan purificarse manchándose de sangre. Es como si, después de haberse manchado con barro, quisieran limpiarse con barro.
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La marca característica de nuestra época es su repulsión hacia las pautas impuestas.
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Sentir que se ríe de nosotros algo al mismo tiempo inferior y más fuerte que uno es espantoso.
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Vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso.
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El pueblo, el fuego y el agua no pueden ser domados nunca.
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Nadie es patria. Todos lo somos.
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Nadie es tan joven que no pueda morir hoy.
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¿Quién capitulará más pronto: el que necesita las cosas difíciles o quien se sirve de lo que buenamente pueda hallar?
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Si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud puede que conociéramos mejor las cosas.
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La señal infalible de un mal reinado es el exceso de elogios dirigidos al monarca.
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El asesinato es lo único que elimina a la persona que hiere, de modo que la sociedad debe ocupar el lugar de la víctima y exigir en su nombre la expiación o conceder el perdón.
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La desgracia es la comadrona de las virtudes.
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La novedad es madre de la temeridad, hermana de la superstición e hija de la ligereza.
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Una pizca de probabilidad tiene tanto valor como una libra de quizá.
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Es inútil toda polémica si no hay esperanza de que resulte provechosa.
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Nada se puede hacer en soledad.
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El mundo no fue hecho en el tiempo, sino con el tiempo.
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El modernismo es la actitud de quien no cree en lo que cree.
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Acostada en medio de la desdicha, el alma ve mucho.
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Los Estados, para la diplomacia, no son los pueblos, sino los reyes que los dirigen o los esclavizan.
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Es impío no el que suprime a los Dioses, sino el que los conforma a las opiniones de los mortales.
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El mayor de todos los misterios es el hombre.
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Dibujar es la sinceridad enmascarada en una pirueta.
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El mundo es la suma total de nuestras posibilidades vitales.
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Presta solamente aquello cuya pérdida puedas soportar.
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Terrible es el error cuando usurpa el nombre de la ciencia.
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La mejor amiga y la peor enemiga del hombre es la fantasía.
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En toda discusión, no es una tesis la que se defiende sino a uno mismo.
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Afortunadamente, no tenemos por qué parecernos a nuestros retratos.
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Sólo es posible afirmar en geometría.
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La conclusión es que sabemos muy poco y sin embargo es asombroso lo mucho que conocemos. Y más asombroso todavía que un conocimiento tan pequeño pueda dar tanto poder.