Frases Emotivas
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El trabajo es un título natural para la propiedad del fruto del mismo, y la legislación que no respete ese principio es intrínsecamente injusta.
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Dinero llama dinero.
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Cualquier gobernante puede hacer tonterías; lo que no se le permite es decirlas.
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El más importante y principal negocio público es la buena educación de la juventud.
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En política hay que sanar los males, jamás vengarlos.
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En las religiones es preciso ser sinceros; verdaderos paganos, verdaderos judíos, verdaderos cristianos.
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La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.
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Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad.
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Estamos rodeados de artilugios destinados a ahorrar trabajo y, sin embargo, disponemos de muy escaso ocio auténtico.
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Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.
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A cualquier mujer le gustaría ser fiel. Lo difícil es hallar el hombre a quien serle fiel.
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Mi padre siempre me decía: encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida.
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Los partidos son un mal inherente a los gobiernos libres.
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Todos quieren ser amos y ninguno el dueño de sí mismo.
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Aunque el mundo contiene muchas cosas decididamente malas, la peor de todas ellas es la sociedad.
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En política siempre se corre el riesgo de pertenecer a las mayorías.
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Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo.
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El dinero y no la moral es el principio de las naciones fuertes.
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Algunos dicen que el trabajo duro no ha matado a nadie, pero yo me digo ¿Por qué arriesgarse?
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La humanidad progresa. Hoy solamente quema mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mi.
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En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.
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¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos.
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Por lo general, las mujeres de ensueño son una ilusión óptica.
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Todos los hombres tienen iguales derechos a la libertad, a su prosperidad y a la protección de las leyes.
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Hay que evitar el combate en lugar de vencer en él. Hay triunfos que empobrecen al vencido, pero no enriquecen al vencedor.
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El trabajo es vida.
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Comenzó por regir su casa, lo que, para la mayor parte de los hombres, no es menos arduo que gobernar una provincia.
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El capital no es un mal en sí mismo, el mal radica en su mal uso.
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Me gusta y me fascina el trabajo. Podría estar sentado horas y horas mirando a otros cómo trabajan.
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El ideal está en ti; el obstáculo para su cumplimiento también.
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Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: El derecho al desorden y el derecho a marcharse.
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Comienzo con la premisa de que la función del líder es producir más líderes, no más seguidores.
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Nadie puede usar la palabra progreso si no tiene un credo definido y un férreo código moral? Porque la misma palabra progreso indica una dirección; y en el mismo momento en que, por poco que sea, dudamos respecto a la dirección, pasamos a dudar en el mismo grado del progreso.
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La política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez.
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Alguien puede salir de la masa, pero esto no cambia nada; así que eso debemos tener en cuenta socialmente: las masas serán siempre las masas.
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La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.
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La mujer es un manjar digno de dioses, cuando no lo cocina el diablo.
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Evoluciones progresivas que crecen cada vez más, son la materia de la historia.
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Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.
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Realmente, sólo los padres dominan el arte de educar mal a los hijos.
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El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.
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Cuando el trabajo es un placer la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto la vida es una esclavitud.
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Vale más un céntimo bien empleado que un céntimo ahorrado.
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He visto lo bastante de una guerra para no desear volver a ver otra.
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Como los individuos, las naciones nacen y mueren; pero la civilización no puede morir.
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Ninguna religión vale una sola gota de sangre.
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Quien cambia felicidad por dinero,no podrá cambiar dinero por felicidad.
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En política, si quieres que se diga algo, pídeselo a un hombre. Si quieres que se haga algo, pídeselo a una mujer.
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Un pueblo que quiere ser feliz no ha menester de conquistas.
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El que quiera ser líder debe ser puente.
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No se puede progresar hacia la felicidad por medio de la acción política.
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Cuando se alza un poder ilegítimo, para legitimarlo basta reconocerlo.
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Se requiere mucho ingenio para no naufragar en la popularidad.
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Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
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En todas las cosas parece existir como ley un círculo.
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No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacen los demás de lo que decimos.
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La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser.
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La cultura es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad.
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La guerra incondicional no conduce ya a la victoria incondicional.
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La política saca a flote lo peor del ser humano.
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Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad.
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Los hombres de Estado son como los cirujanos: sus errores son mortales.
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La civilización es, entre otras cosas, el proceso por el que las primitivas manadas se transforman en una analogía, tosca y mecánica, de las comunidades orgánicas de los insectos sociales.
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Los que aman el dinero no lo regalan.
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No me importaría que la opera desapareciera. Desde que era un niño, me pareció un pesado anacronismo, casi el equivalente de fumar.
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La mujer no existe. Sólo hay mujeres cuyos tipos varían al infinito.
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Las naciones más progresistas son siempre las que navegan más y tienen más marinos.
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Si tuviera que dimitir cada vez que el Gobierno discrepa conmigo, no duraría una semana como ministro de Defensa.
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Buscar el yo en el poderío del oro es edificar sobre arena.
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La mujer es como la sombra: si la huyes, sigue; si la sigues huye.
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La ley es inexorable, como los perros: no ladra más que al que va mal vestido.
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La guerra es de por vida en los hombres, porque es guerra la vida, y vivir y militar es una misma cosa.
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Hay tantas mujeres bellas, pero no hay perfectas.
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No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo.
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Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces.
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Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.
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El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro.
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Cuando yo era chico me decían que cualquiera podía llegar a presidente de la nación. Estoy empezando a creerlo.
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La globalización está provocando un obsesivo afán de identidad, que va a provocar muchos enfrentamientos. Nuestras cabezas se mundializan, pero nuestros corazones se localizan.
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¿En dónde ve el pueblo español su principal peligro, el más inminente? En el poder dejado por una tolerancia mal entendida.