Nuestra constancia, mismo podría llamar
Nuestra constancia, mismo podría llamar nuestra locura, era necesario desgastar a las fuerzas opresoras de la vieja democracia que, en España, era de cien años atrás en el tiempo.
Nuestra constancia, mismo podría llamar nuestra locura, era necesario desgastar a las fuerzas opresoras de la vieja democracia que, en España, era de cien años atrás en el tiempo.