Frases Chistosas
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Seamos discretos. No peguntemos a la gente si vive.
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No conviene hablar del pudor como de una virtud. Se parece más bien a una emoción que a una disposición adquirida. Se define, pues, como un miedo de dar de sí una mala opinión.
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En la tragedia sólo conmueve lo verosímil.
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No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma.
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Las tres cosas que más me gustan en el mundo son el silencio, la soledad y los espacios vacíos.
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La cabeza de muchas personas de alta estatura se parece a las casas; el piso mas alto es el peor amueblado.
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Sarna con gusto, no pica
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La patria no existe sin el amor de sus hijos.
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El hombre es un animal que se alimenta de adulaciones.
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Los grandes espíritus son como las nubes: recogen para derramarse.
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Nuestro gozo, en un pozo.
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No hay que prestar atención a quienes nos aconsejan, so pretexto de que somos hombres, no pensar más que en las cosas humanas y, so pretexto de que somos mortales, renunciar a las cosas inmortales.
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Si la suciedad fuera un triunfo ¿Qué mano levantarías?.
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No sólo para gobernar, sino también para sublevarse hacen falta leyes estrictas. Un ideal fijo, habitual, es condición para toda clase de revoluciones.
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Las oposiciones son el más sangriento espectáculo nacional después de los toros.
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No se elogia, en general, sino para ser elogiado.
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Serás lo que debas ser o no serás nada.
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La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo.
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Una gran reputación es un gran ruido: cuando más aumenta, más se extiende; caen las leyes, las naciones, los monumentos; todo se desmorona. Pero el ruido subsiste.
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A la ocasión la pintan calva.
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La corona de la verdadera nobleza es una corona de espinas.
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Las preocupaciones se pierden con el tiempo.
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Quien quiere ahogar a su perro dice que está rabioso.
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Haz que las contrariedades te alienten y los obstáculos te engrandezcan.
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El espíritu humano avanza de continuo, pero siempre en espiral.
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La ocasión es como el fierro: se ha de machacar caliente.
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El que se erige en juez de la verdad y el conocimiento es desalentado por las carcajadas de los dioses.
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Más vale ser cabeza de ratón que cola de león.
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No es bueno ser desgraciado, pero bueno es haberlo sido.
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Suelen hacer falta tres semanas para preparar un discurso improvisado.
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Las sensaciones no son parte de ningún conocimiento, bueno o malo, superior o inferior. Son, más bien, provocaciones incitantes, ocasiones para un acto de indagación que ha de terminar en conocimiento.
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Incluso en el trono más alto, uno se sienta sobre sus propias posaderas.
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Que cada cual siga su inclinación, pues las inclinaciones suelen ser rayas o vías trazadas por un dedo muy alto, y nadie, por mucho que sepa sabe más que el destino.
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Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.
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La injusticia es una madre jamás estéril: siempre produce hijos dignos de ella.
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Para hacer ejercicio, pasee con alguien que le acompañe de buen grado, preferentemente un perro.
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La soledad es patrimonio de la edad adulta.
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No creo en la inmortalidad de las personas y considero que la ética es una preocupación exclusivamente humana, sin que exista ninguna autoridad sobrehumana detrás de ella.
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Todo acto forzoso se vuelve desagradable.
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Todo lo que es hecho, todo lo humano de la Tierra es hecho por manos.
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Lo peor de las mansiones modernas es que no tienen lugar para los fantasmas.
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No hay bien ni mal que cien años dure.
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Son distintas la aguas que cubren a los que entran al mismo río.
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La superstición trae mala suerte.
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Las dificultades aumentan conforme se aproxima uno al fin.
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Siempre habrá esquimales que confeccionen para los habitantes del Congo reglas de comportamiento en las épocas de grandes calores.
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Nuestros sentidos nos engañan o son insuficientes, cuando se trata de análisis, observación y apreciación.
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El ejemplo es una lección que todos los hombres pueden leer.
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Todo comienzo tiene su encanto.
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Nada perece en el Universo; todo cuanto acontece en él no pasa de meras transformaciones.
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No he cultivado mi fama, que será efímera.
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Es deber aquello que exigimos de los demás.
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Llamamos peligrosos a los que poseen un espíritu contrario al nuestro, e inmorales a los que no profesan nuestra moral.
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Lo poco que conozco del matrimonio procede de lo mucho que sé del divorcio.
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A caballo regalado, no le mires el diente.
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Saltar rápidamente a conclusiones rara vez conduce a felices aterrizajes.
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Las revoluciones empiezan por la palabra y concluyen por la espada.
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La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino.
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Antes, por cinco marcos, el mismo Freud te trataba. Por diez, te trataba y te planchaba los pantalones. Por quince marcos, Freud permitía que tú le tratarás a él y eso incluía una invitación a comer.
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Preveo la desaparición del canibalismo. El hombre está asqueado del hombre.
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Cuanto consuelo encontraríamos si contáramos nuestros secretos.
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No existe para el hombre más que una verdadera desdicha: incurrir en falta y tener motivo de censura contra sí.
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Mi silencio les estorba. Yo era como botella al revés cuya agua no puede salir porque la botella está demasiado llena.
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Cual más cual menos, toda la lana es pelos.
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Imputar la revolución a los hombres es imputar la marea a las olas.
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Ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió.
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La vida humana eterna sería insoportable. Cobra valor precisamente porque su brevedad la aprieta, densifica y hace compacta.
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La conversación es la expresión de nuestro modo de pensar.
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El que ha comenzado bien, está a la mitad de la obra.
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Si la pobreza es la madre de los crímenes, la falta de espíritu es su padre.
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El hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar.
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Siempre se debe preferir la acción a la crítica.
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Ningún hombre aceptará un consejo, pero todos aceptarán dinero. De donde se deduce que el dinero vale más que el consejo.
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Bastante, significa un poco más de lo que cada uno posee.
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No olvides que dar un consejo es contraer un compromiso, cuando menos.