Frases Emotivas
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En política siempre hay que elegir entre dos males.
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La religión cristiana, que parece no tiene por objeto más que la felicidad de la otra vida, nos hace también dichosos en ésta.
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¿Por qué a los seres humanos contemporáneos les fascina comprar y consumir, y sin embargo sienten muy poco apego por lo que compran?
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En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.
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El gobierno tuvo su origen en el propósito de encontrar una forma de asociación que defienda y proteja la persona y la propiedad de cada cual con la fuerza común de todos.
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El derecho viene a perecer menos veces por la violencia que por la corrupción.
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El trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse.
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En la sociedad no todo se sabe, pero todo se dice.
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Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero.
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Es lícito violar una cultura, pero con la condición de hacerle un hijo.
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La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.
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Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.
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Nadie puede llegar a la cima armado sólo de talento. Dios da el talento; el trabajo transforma el talento en genio.
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La oxidación por falta de uso gasta mucho más las herramientas que el propio trabajo.
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La civilización es una terrible planta que no vegeta y no florece si no es regada de lágrimas y de sangre.
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Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla.
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Los hombres no vivirían mucho tiempo en sociedad si no se engañaran unos a otros.
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Un hombre puede combatir una afirmación con un razonamiento; pero una sana intolerancia es el único modo con que un hombre puede combatir una tendencia.
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El buen juez no ha de torcer las leyes a su condición, sino torcer su condición conforme a las leyes.
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El hombre es un animal político.
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Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen.
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El testimonio de las mujeres es ver lo de fuera desde dentro. Si hay una característica que pueda diferenciar el discurso de la mujer, es ese encuadre.
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La guerra es una enfermedad como el tifus.
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Las leyes no se mejorarían nunca si no existieran numerosas personas cuyos sentimientos morales son mejores que las leyes existentes.
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La historia no se repite si no es en la mente de quien no la conoce.
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Rechazo toda violencia en la educación de un alma tierna que se adiestra para el honor y la libertad.
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Los gobiernos son velas; el pueblo, el viento; el Estado, la nave, y el tiempo, el mar.
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La sociedad es un manicomio cuyos guardianes son los funcionarios de policía.
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Nuestra sociedad ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro.
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Más importa dar a los hombres buenas costumbres que leyes y tribunales.
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Nunca he podido concebir cómo un ser racional podría perseguir la felicidad ejerciendo el poder sobre otros.
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Jesús es mi Dios, Jesús es mi Esposo, Jesús es mi Vida, Jesús es mi único Amor, Jesús es todo mi ser, Jesús es mi todo.
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No hay cínicos, no hay materialistas. Todo hombre es un idealista, sólo que sucede con demasiada frecuencia que tiene un ideal equivocado.
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El dinero, que ha hecho morir a tantos cuerpos, hace morir todos los días a miles de almas.
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La política está en el aire mismo que respiramos, igual que la presencia o ausencia de Dios.
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Nada destruye más el respeto por el Gobierno y por la ley de un país que la aprobación de leyes que no pueden ponerse en ejecución.
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El derecho y el deber son como las palmeras: no dan frutos si no crecen uno al lado del otro.
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La ley suprema es el bien del pueblo.
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El progreso social puede ser medido por la posición social del sexo femenino.
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Los hombres se cansan antes de dormir, de amar, de cantar y bailar que de hacer la guerra.
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Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa.
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El derecho es el conjunto de condiciones que permiten a la libertad de cada uno acomodarse a la libertad de todos.
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El verdadero progreso consiste en renovarse.
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Una mujer sería encantadora si uno pudiera caer en sus brazos sin caer en sus manos.
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El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.
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Los azotes físicos y las calamidades de la naturaleza humana hicieron necesaria la sociedad. La sociedad se agregó a los desastres de la naturaleza. Los inconvenientes de la sociedad hicieron necesario al Gobierno, y el Gobierno se agregó a los desastres de la sociedad. Esta es la historia de la naturaleza humana.
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El verdadero instrumento del progreso radica en el factor moral.
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Creo que con el tiempo mereceremos no tener gobiernos.
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En lo concerniente a las grandes sumas, lo más recomendable es no confiar en nadie.
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Tanto tienes tanto vales.
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Días de trabajo, únicos días en los que he vivido.
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La política es el arte de los incapaces de triunfar en privado.
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La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?
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El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo.
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Siempre la ética estará en crisis, porque si no está en crisis es que somos demasiado autocomplacientes y pensamos que ya se han realizado todos los ideales, lo cual sería lo más negativo que nos podría ocurrir.
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Soberano es aquel que decide sobre el estado de emergencia.
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Cuanto más conozco a los hombres, menos los quiero; si pudiese decir otro tanto de las mujeres me iría mucho mejor.
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Uno puede apoyarse sobre su puesto, pero no sentarse en él.
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Yo siempre seré el futuro Nóbel. Debe ser una tradición escandinava.
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La pena de muerte es signo peculiar de la barbarie.
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Los medios impuros desembocan en fines impuros.
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Solamente el hombre religioso es siempre el mismo. Porque su Dios no cambia.
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Yo conozco al pueblo: cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor.
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En ocasiones el exceso es estimulante. Evita que con la moderación se adquiera el mortal efecto de un hábito.
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Hay hombres cuya conducta es una mentira continua.
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La sociedad no es una enfermedad, sino un desastre. Es un milagro estúpido que consigamos vivir en ella.
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Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo.
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La historia es la ciencia de lo que nunca sucede dos veces.
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Para destruir las malas prácticas, la ley es mucho menos útil que los esfuerzos individuales.
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La costumbre hace ley.
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Un ser no está completo hasta que no se educa.
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El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores.
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No hay malas hierbas ni hombres malos; sólo hay malos cultivadores.
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Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.
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La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia.
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La buena fe es el fundamento de toda sociedad, la perfidia es la peste.
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Obró mucho el que nada dejó para mañana.
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En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes.
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Los reyes quieren ser absolutos; los nobles quieren ser independientes; los pueblos quieren ser felices.
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El mayor peligro de los gobiernos es querer gobernar demasiado.