Palabras de aliento
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Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
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Si estás bueno del estomago, y no te duele ningún costado y puedes andar con tus pies, ninguna otra cosa mejor te podrán añadir todas las riquezas de los reyes.
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Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco.
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Todos los Estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento.
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¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!
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El primero de nuestros deberes es poner en claro cuál es nuestra idea del deber.
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Más de un hombre hubiera sido peor si su fortuna hubiese sido mejor.
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Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
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Nadie abandona el cargo de presidente con el mismo prestigio y respeto que le llevó ahí.
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Hay sonrisas que no son de felicidad, sino una manera de llorar con bondad.
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El consejo, bueno es; pero creo que es de las medicinas que menos se gastan y se gustan.
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Es preferible consolarse que ahorcarse.
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Los problemas son oportunidades para demostrar lo que se sabe.
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El maquillaje que embellece más es una sonrisa sincera.
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Las cuerdas que amarran el respeto de unos por otros son, en general, cuerdas de necesidad.
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Para millones y millones de seres humanos el verdadero infierno es la Tierra.
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Muchos hombres no se equivocan jamás porque no se proponen nada razonable.
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Perderlo todo es ganarlo todo, porque no se posee eternamente más que lo que se ha perdido.
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El hombre arruinado lee su condición en los ojos de los demás con tanta rapidez que él mismo siente su caída.
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El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.
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Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír.
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Los apellidos famosos, en lugar de enaltecer, rebajan a quienes no saben llevarlos.
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¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?
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El error es un arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea.
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Todo está cambiando. La gente se toma en serio a los humoristas y a los políticos como una broma.
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No es el sufrimiento, sino la esperanza de cosas mejores lo que incita las rebeliones.
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El que es capaz de dominarse hasta sonreír en la mayor de sus dificultades, es el que ha llegado a poseer la sabiduría de la vida.
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Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.
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Antes hay que desconfiar del que busca razones por las que nos beneficia, que del que nos beneficia sin buscar razones.
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El exceso de severidad produce odio, como el exceso de indulgencia debilita la autoridad.
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Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.
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El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta.
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Curiosidad: Impulso humano que oscila entre lo grosero y lo sublime. Lleva a escuchar detrás de las puertas o a descubrir América.
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Cuando los elefantes luchan, la hierba es la que sufre.
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Bueno es que haya ratones, para que no se sepa quien se come el queso.
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Un pájaro no canta porque tiene una respuesta, él canta porque tiene una canción.
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Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende.
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Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.
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Que nadie le diga lo que tiene que hacer a alguien que ya ha decidido cuál debe ser su destino.
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A excepción del hombre, ningún ser se maravilla de su propia existencia.
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Fatigas, pero no tantas,,que a fuerza de muchos golpes,hasta el hierro se quebranta.
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Sólo pensar en traicionar es ya una traición consumada.
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Puedes hablar de la tiranía de Nerón y Tiberio, pero la tiranía real es la del vecino de al lado.
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Las tres cosas más difíciles de esta vida son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.
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No todo en la vida es de un color o de otro. Miren sino el arco iris.
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Sería mucho mejor para nuestros distinguidos antepasados alabarles con menos palabras y con más acciones nobles.
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Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen.
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Los errores pasan, sólo la verdad permanece.
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Probamos el oro en el fuego, distinguimos a nuestros amigos en la adversidad.
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Hay muchas personas que adquieren la costumbre de ser infelices.
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Que si ha de dar un desengaño muerte, mejor es un engaño que da vida.
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El valor nunca es mayor que cuando nace de la última necesidad.
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Una revolución es la larva de una civilización.
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El acento es el que convence y no la palabra.
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La mayor parte de los fracasos nos viene por querer adelantar la hora de los éxitos.
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Buscar la unanimidad por la violencia es labor baldía.
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La patria, posiblemente, es como la familia, sólo sentimos su valor cuando la perdemos.
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Lo que ha sido creído por todos siempre y en todas partes, tiene todas las posibilidades de ser falso.
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Vivimos como soñamos, solos.
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Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía.
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Hay otros mundos pero están en éste.
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Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?
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He aquí una regla fundamental en los negocios: házselo a los demás, puesto que ellos te lo harán a ti.
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El pesar y la pobreza purifican el corazón del hombre, aunque nuestras mentes débiles no ven nada de valor en el universo, salvo la comodidad y la felicidad.
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El hombre no debe seguir ciegamente un derrotero fijo.
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Así como la demasiada autoridad corrompe a los reyes, así el lujo emponzoña toda una nación.
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Ambos se dañan a sí mismos: el que promete demasiado y el que espera demasiado.
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Si usted desea hacer enemigos, intente cambiar algo.
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El equilibrio mental, juicio recto, valor moral, audacia, resistencia, forma de tratar al prójimo y cómo sacar el mayor bien de los contratiempos son cosas que no se aprenden en la escuela.
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Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia.
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A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
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Aceptar la injusticia no es una virtud, sino todo lo contrario.
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Porque ninguna lágrima rescata nunca el mundo que se pierde ni el sueño que se desvanece.
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Como el miedo es el mayor suplicio de los tiranos, el crimen más irremisible a sus ojos, es hacerles sentir miedo.
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Abstemio: una persona débil que cede a la tentación de negarse a sí mismo un placer.
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Jamás hay que discutir con un superior, pues se corre el riesgo de tener razón.
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Es falso que se haya hecho fortuna, cuando no se sabe disfrutarla.
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Cada día me miro en el espejo y me pregunto: Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?. Si la respuesta es No durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
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Cuanto mayor es la prosperidad tanto menor se debe confiar en ella.
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¿Necesidad? Palabra cómoda con que el culpable se quita de encima la culpa, para arrojar en el vacío toda soberbia y traición.