Frases cortas de amor
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No es con una idea como se levanta a un hombre, sino con un sentimiento.
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Sólo el dolor es el rey eterno de la tierra, y la suerte da con la siniestra y arrebata con la diestra.
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¿Es una fe sincera la fe que no actúa?
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La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.
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La fe, incluso la profunda, nunca es completa.
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Todos los tiranos de Sicilia no han inventado nunca un tormento mayor que la envidia.
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Si es cierto que nos acostumbramos al dolor, ¿cómo es que con el paso de los años sufrimos cada vez más?
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El miedo es la forma de nuestra subordinación a las leyes físicas.
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El enemigo sólo empieza a ser temible cuando empieza a tener razón.
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Por desgracia, una cosa es sentir y otra expresar bien lo sentido.
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Después de aquellos que ocupan los primeros puestos, no conozco a nadie tan desgraciado como quien los envidia.
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Al afecto se debe el noventa por ciento de toda felicidad sólida y duradera.
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Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor.
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La envidia y el odio van siempre unidos, se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto.
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El aburrimiento es la enfermedad de las personas afortunadas; los desgraciados no se aburren, tienen demasiado que hacer.
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Si los sentidos no son veraces, toda nuestra razón es falsa.
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El infierno es esperar sin esperanza.
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No hay nada que desespere tanto como ver mal interpretados nuestros sentimientos.
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Carecer de algunas de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad.
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Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.
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Si tenéis el hábito de tomar las cosas con alegría, rara vez os encontraréis en circunstancias difíciles.
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La alegría no produce buenas historias.
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No hay medicina para el miedo.
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El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento.
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La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada. Y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.
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No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias.
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He sospechado alguna vez que la única cosa sin misterio es la felicidad, porque se justifica por sí sola.
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Los celos son los hermanos del amor, como el diablo es hermano de los ángeles.
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La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.
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Para conocer la dicha hay que tener el valor de tragársela.
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La nostalgia ya no es lo que era.
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Los celos se nutren de dudas y la verdad los deshace o los colma.
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El orgullo es el complemento de la ignorancia.
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Hay momentos en los que todo va bien: no te asustes, no duran.
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La esperanza vieja es la más dura de perder.
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El deber tiene una gran similitud con la felicidad de los demás.
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Mientras las cosas son realmente esperanzadoras, la esperanza es un nuevo halago vulgar: sólo cuando todo es desesperado la esperanza empieza a ser completamente una fuerza.
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¿Qué es la felicidad sino el desarrollo de nuestras facultades?
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El valor espera; el miedo va a buscar.
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Nunca tengas miedo del día que no has visto.
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Si bien es cierto que las alegrías son cortas, tampoco nuestros pesares son muy largos.
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La esperanza nos sostiene, pero como sobre una cuerda tirante.
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Dime amigo: ¿La vida es triste o soy triste yo?
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La felicidad es una estación de parada en el camino entre lo demasiado y lo muy poco.
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Si nos bastase ser felices, la cosa sería facilísima; pero nosotros queremos ser más felices que los demás, y esto es casi siempre imposible, porque creemos que los demás son bastante más felices de lo que son en realidad.
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Ojo por ojo, diente por diente.
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La misericordia es una parte integrante de la justicia.
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Mi querida más fiel fue la esperanza,que me suele engañar y no me deja.
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Con frecuencia nos avergonzaríamos de nuestras más hermosas acciones, si el mundo supiera todos los motivos que las producen.
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La felicidad no está en la ciencia, sino en la adquisición de la ciencia.
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Es quizás más afortunado disfrutar coleccionando caracolas que el haber nacido millonario.
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De lo que tengo miedo es de tu miedo.
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El saber es la parte más considerable de la felicidad.
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Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres lo saben.
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La tristeza del alma puede matarte mucho más rápido que una bacteria.
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Dios susurra y habla a la conciencia a través del placer pero le grita mediante el dolor: el dolor es su megáfono para despertar a un mundo adormecido.
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Poca fe se otorga a los que tienen poca fe.
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El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
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Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma.
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La mujer celosa cree todo lo que la pasión le sugiere.
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El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba.
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Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión.
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Nadie puede librar a los hombres del dolor, pero le será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para soportarlo.
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El sol no se ha puesto aún por última vez.
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Entre los que son igualmente malos no hay paz si no es la impuesta por el miedo de alguno que es peor.
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Los celos son una mezcla explosiva de amor, odio, avaricia y orgullo.
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Bueno es tener la alegría en casa y no haber menester de buscarla fuera.
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Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez.
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No envidies la riqueza del prójimo.
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Si alguno os quiere robar la esposa, la mejor forma de vengaros de él es dejar que se la lleve.
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La compasión es la virtud de los reyes.
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Todo hombre se parece a su dolor.
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La felicidad ininterrumpida aburre: debe tener alternativas.
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Ser estúpido, egoísta y estar bien de salud, he aquí las tres condiciones que se requieren para ser feliz. Pero si os falta la primera, estáis perdidos.
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Los amores más duraderos son aquellos en que uno de los dos amantes es extraordinariamente celoso.
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La alegría ha sido llamada el buen tiempo del corazón.
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Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año.
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No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo.
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¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad! Dadme trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo.
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Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas sólo puede chocarnos el aburrimiento.