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Frases Emotivas

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  • Mediocre alumno el que no sobrepase a su maestro.


  • Con el poder mantenemos una relación ambigua: sabemos que si no existiera autoridad nos comeríamos unos a otros, pero nos gusta pensar que, si no existieran los gobiernos, los hombres se abrazarían.

  • Sostengo que quien infringe una ley porque su conciencia la considera injusta, y acepta voluntariamente una pena de prisión, a fin de que se levante la conciencia social contra esa injusticia, hace gala, en realidad, de un respeto superior por el derecho.

  • La educación es el desarrollo en el hombre de toda la perfección de que su naturaleza es capaz.

  • La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas.

  • Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia.

  • El dinero huele bien venga de donde venga.

  • Fórmate tú en vez de esperar a que te formen y modelen.

  • La educación de la mujer no puede llamarse tal educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión.

  • Las mujeres lo negaran o lo aceptaran, pero lo que siempre quieren es que se lo pidamos.

  • La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor.

  • Al perro que tiene dinero se le llama señor perro.

  • Deberíamos conocer lo que nos confunde de aquellos con los que vivimos y a los que queremos.

  • La política no es una ciencia exacta, sino un arte.

  • El dinero habla un lenguaje que entienden todas las naciones.

  • El deporte no forja el carácter, lo pone de manifiesto.

  • No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre.

  • Allá van leyes do quieren reyes.

  • El que no ama su patria no puede amar nada.

  • Consigue dinero ante todo, la virtud vendrá después.

  • Si falta la diplomacia, recurrid a la mujer.

  • El dinero no nos proporciona amigos, sino enemigos de mejor calidad.

  • Únicamente el trabajo con fe cumplido es eterno como el Constructor del universo.

  • Después de todo, ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.

  • La mujer, está donde le corresponde. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus propios defectos.

  • Ningún gobierno puede sostenerse sin el principio del temor así como del deber. Los hombres buenos obedecerán a este último, pero los malos solamente al primero.

  • La educación ha logrado que las personas aprendan a leer, pero es incapaz de señalar lo que vale la pena leer.

  • ¿Significa progreso el que el antropófago coma con cuchillo y tenedor?

  • La política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible.

  • La forma más rápida de doblar tu dinero es plegar los billetes y metértelos de nuevo en el bolsillo.

  • Algunos políticos sostienen que la única manera de hacer seguro a un revolucionario es darle un escaño en el parlamento.

  • Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado.

  • La religión no volverá a recuperar su antiguo poder hasta que no se le vean cambios en su rostro, como los hubo en la ciencia.

  • ¡Oh legislador! No me des leyes para los pueblos, sino pueblos para las leyes.

  • Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.

  • Cada vida ha de tener sus espacios huecos que el ideal ha de rellenar.

  • El melón y el casamiento han de ser acertamiento

  • El patriotismo es la virtud de los depravados.

  • No tengo ninguna estima por el hombre que a los veinte años no ha sido nacionalista o comunista.

  • Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino.

  • Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el verdadero guerrillero está guiado por profundos sentimientos de amor.

  • El principal valor del dinero radica en que lo estimamos más de lo que vale.

  • Lo mejor de los viaje es lo de antes y lo de después.

  • No compres nunca lo que te sea inútil bajo el pretexto de que es barato.

  • La verdad política, cualesquiera que sean sus formas, no es más que el orden y la libertad.

  • Curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.

  • En cuanto el alma pierde la aureola juvenil, los generosos torneos por el aplauso son sustituidos por las egoístas competencias por el dinero.

  • Ella camina silenciosamente, pero, bajo ese aspecto tranquilo, es todo furia, pura energia eléctrica. La mujer común es tan común como una tormenta.

  • Si se quisieran estudiar todas las leyes, no habría tiempo material de infringirlas.

  • La ley es el lecho por donde pasa el torrente de los hechos.

  • No es el trabajo lo que envilece, sino la ociocidad.

  • La mujer adora al hombre igual que el creyente adora a Dios; pidiéndole todos los días algo.

  • El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.

  • A un hombre sólo le pido tres cosas: que sea guapo, implacable y estúpido.

  • Todo progreso está basado en el deseo universal e innato por parte de cada organismo de vivir por encima de sus posibilidades.

  • La mujer es algo mientras que el hombre no es nada.

  • La más tonta de las mujeres puede manejar a un hombre inteligente, pero es necesario que una mujer sea muy hábil para manejar a un imbécil.

  • Hace siglos que la opinión pública es la peor de las opiniones.

  • El castigo entra en el corazón del hombre desde el momento en que comete el crimen.

  • Quien gobierna, mal descansa.

  • Creo que no es posible vivir sin ideal, ni religión ni sensación de porvenir. Los hospitales estarían llenos de locos.

  • El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo.

  • Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir.

  • En los más ilustres y gloriosos capitanes y emperadores del mundo, el estudio y la guerra han conservado la vecindad, y la arte militar se ha confederado con la lección. No ha desdeñado en tales ánimos la espada a la pluma. Docto símbolo de esta verdad es la saeta: con la pluma vuela el hierro que ha de herir.

  • El hábito es como un cable; nos vamos enredando en él cada día hasta que no nos podemos desatar.

  • El camino de la civilización está pavimentado con envases de hojalata.

  • Dos cosas llenan el animo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con mas frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral en mi.

  • Nadie puede adoptar la política como profesión y seguir siendo honrado.

  • Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.

  • Todo poder excesivo dura poco.

  • Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba.

  • Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de las personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes.

  • La letra con sangre entra.

  • Los hombres son criaturas muy raras: la mitad censura lo que practica; la otra mitad practica lo que censura; el resto siempre dice y hace lo que debe.

  • La moda muere joven.

  • Hay pueblos a los que se les soborna con el nivel de vida para no se paren a pensar por dónde anda el nivel de su vida.

  • Aunque las mujeres no somos buenas para el consejo, algunas veces acertamos.

  • La civilización no dura porque a los hombres sólo les interesan los resultados de la misma: los anestésicos, los automóviles, la radio. Pero nada de lo que da la civilización es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Sólo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde.

  • La aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer.

  • El que, estando enfadado, impone un castigo, no corrige, sino que se venga.