frases positivas
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Después de lo malo, viene lo bueno.
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Es necesario diferenciar las cosas: lo que siempre existe sin haber nacido, y lo que siempre está comenzando sin jamás llegar a ser.
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Primero el suelo nativo que nada. Nuestra vida no es otra cosa que la herencia de nuestro país.
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A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
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Cría cuervo y te sacaran los ojos.
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Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no querais más. Lo que pasa de ahi, es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar.
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Debemos obrar como hombres de pensamiento; debemos pensar como hombres de acción.
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La sombra no existe; lo que tu llamas sombra es la luz que no ves.
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El ojo ve bien a Dios solamente a través de las lágrimas.
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Todos los aduladores son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores.
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La función intelectual de las dificultades es la de conducir a hombres y mujeres a pensar.
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De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente.
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Y así va el mundo. Hay veces en que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el barco.
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El silencio es la virtud de los locos.
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No fracasa en este mundo quien le haga a otro más llevadera su carga.
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Un clavo saca otro clavo.
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Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle.
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Nuestras acciones hablan sobre nosotros tanto como nosotros sobre ellas.
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El mejor automovilista es aquel que conduce con imaginación... imagina que su familia va con él en el auto.
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El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida.
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Al utilizar por primera vez este tipo de armas nos alineamos con los bárbaros de las primeras edades.
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Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo.
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El cielo se gana por favores. Si fuera por méritos usted se quedaría afuera y su perro entraría.
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Es difícil determinar cuando acaba una generación y comienza otra. Diríamos más o menos que es a las nueve de la noche.
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Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla.
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Las conversaciones siempre son peligrosas si se quiere esconder alguna cosa.
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Matar es una estupidez. Nunca debe hacerse nada de lo que no se pueda hablar en la sobremesa.
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No seas compañero de los malos ni calumniador de los buenos.
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Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
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Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.
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Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo.
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La verdadera nobleza consiste en saber valerosamente sufrir por los demás y no permitir que los demás sufran por nosotros.
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Siempre es simpático el que triunfa.
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Saber olvidar, más es dicha que arte.
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El niño reconoce a la madre por la sonrisa.
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El hombre vive en un mundo en el que cada ocurrencia está cargada con ecos y reminiscencias de lo que ha ocurrido antes. Cada acontecimiento es un recordatorio.
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Lo que es negocio de todo el mundo no es negocio de nadie.
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Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.
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El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
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Hay algo tan necesario como el pan de cada día, y es la paz de cada día; la paz sin la cual el mismo pan es amargo.
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No hay peor sordo que el que no puede oír; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va.
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Los efectos del amor o de la ternura son fugaces, pero los del error, los de un solo error; no se acaban nunca, como una cavernícola enfermedad sin remedio.
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Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.
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Si nunca has tenido un gran éxito, no sabes lo que vales; el éxito es la piedra de toque de los caracteres.
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Quien discute sobre si se puede matar a la propia madre no merece argumentos sino azotes.
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Escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos.
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Las circunstancias... palabras vacías de sentido con que trata el hombre de descargar en seres ideales la responsabilidad de sus desatinos.
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Desdichado es el que por tal se tiene.
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Todo el mundo comete errores. La clave está en cometerlos cuando nadie nos ve.
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Si haces lo que no debes, deberás sufrir lo que no mereces.
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El humilde conocimiento de ti mismo es un camino más seguro hacia dios que el camino de la ciencia.
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No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos ven.
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Darse no tiene sentido más que si uno se posee.
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Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.
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A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos.
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El conocimiento no es algo separado y que se baste a sí mismo, sino que está envuelto en el proceso por el cual la vida se sostiene y se desenvuelve.
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Es peligroso escuchar. Se corre el riesgo de que le convenzan; y un hombre que permite que le convenzan con una razón, es un ser absolutamente irracional.
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Es un gran error creerse más de lo que uno es, o menos de lo que uno vale.
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De nada sirve el correr; lo que conviene es partir a tiempo.
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El que quiere ser tirano y no mata a Bruto y el que quiere establecer un Estado libre y no mata a los hijos de Bruto, sólo por breve tiempo conservará su obra.
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Bromear es una de las cosas amenas de la vida, pero cuesta muchos años de aprendizaje.
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Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir.
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Una cosa te pido, y es que no te dejes llevar por excesivos consejos. Es mejor que elijas un consejero que te aconseje sinceramente, y seguirlo. Cosa peligrosa es acompañar a muchos.
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Contra más grande la cabeza, más grande la jaqueca.
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El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.
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Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su falsa semejanza con el mérito engaña a los incautos.
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Es absolutamente imposible demostrarlo todo.
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Muchas cosas se reputan imposibles antes de haberse realizado.
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El mejor regalo que podemos darle a otra persona es nuestra atención íntegra.
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Si conociéramos el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las estrellas.
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No hay accidente, por desgraciado que sea, del que los hombres hábiles no obtengan provecho.
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Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.
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El infierno está todo en esta palabra: soledad.
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Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.
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Cuando un hombre piensa a lo grande se equivoca a lo grande.
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La facultad del oído es una cosa sensible: muy pronto se sacia y al poco tiempo se cansa y aburre.
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Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias.
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No se graban tanto mil palabras como un solo hecho.
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La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás.
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Son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma.