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Frases Filosóficas

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  • El origen de todos los males es la codicia.

  • Bueno es carecer de vicios, pero es muy malo no tener tentaciones.

  • Un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar.

  • El número de malhechores no autoriza el crimen.

  • Ceder a un vicio cuesta más que mantener una familia.

  • El ignorante tiene valor; el sabio miedo.

  • No sabemos ni una cienmillonésima de nada.

  • Primero son mis dientes que mis parientes.

  • Hay otro linaje de escépticos muchos más terribles, si cabe, que los que creen que todo es materia; todavía queda el caso de aquel escéptico para quien todo se reduce a su propio yo.

  • Después de mi, el Diluvio.

  • La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás.

  • La inhumanidad es perenne.

  • ¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas? Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas. Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo.

  • La creencia en algún tipo de maldad sobrenatural no es necesaria. Los hombres por sí solos ya son capaces de cualquier maldad.

  • Se le hace patente que sólo hay dos clases de cobardes: los que huyen para atrás y los que huyen para adelante.

  • Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra.

  • Ninguna época ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la nuestra. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos qué es el hombre.

  • Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen.

  • Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.

  • Sólo una persona mediocre está siempre en su mejor momento.

  • La debilidad de actitud se vuelve debilidad de carácter.

  • No me importa que la gente mire sus relojes cuando estoy hablando pero es excesivo que además los sacudan para asegurarse de que andan.

  • Cada vez que proveo una plaza vacante, creo cien descontentos y un ingrato.

  • Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.

  • La pereza no es más que el hábito de descansar antes de estar cansado.

  • La sangre se hereda, el vicio se apega.

  • El amor, el tabaco, el café y, en general, todos los venenos que no son lo bastante fuertes para matarnos en un instante, se nos convierten en una necesidad diaria.

  • El único egoísmo aceptable es el de procurar que todos estén bien para estar uno mejor.

  • La mediocridad no se imita.

  • Desde los tiempos de Adán, los necios están en mayoría.

  • En muchos casos hacemos por vanidad o por miedo, lo que haríamos por deber.

  • No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir.

  • Los vicios se aprenden sin maestro.

  • Idiota: Del griego idiotés, utilizado para referirse a quien no se metía en política, preocupado tan sólo en lo suyo, incapaz de ofrecer nada a los demás.

  • El ignorante, si calla, será tenido por erudito, y pasará por sabio si no abre los labios.

  • No hay cosa más difícil, bien mirado, que conocer a un necio si es callado.

  • No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.

  • Los hombres que tienen los mismos vicios se sostienen mutuamente.

  • Si no tuviéramos defectos no sentiríamos tanto placer descubriendo los de los demás.

  • El más irreprochable de los vicios es hacer el mal por necedad.

  • Nunca tienes tiempo suficiente para hacer toda la nada que quieres.

  • La hipocresía es el colmo de todas las maldades.

  • Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos.

  • Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance.

  • Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.

  • No se debe usar el desprecio sino con gran economía, debido al gran número de necesitados.

  • Un hombre con pereza es un reloj sin cuerda.

  • Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos.

  • La intolerancia puede ser definida aproximadamente como la indignación de los hombres que no tienen opiniones.

  • Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

  • Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.

  • El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.

  • Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar.

  • El hombre malo puede decantarse a veces hacia el lado de la razón; pero le resulta casi imposible no hacer cuanto conviene para inclinarse a la maldad.

  • Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuando debe.

  • La gente, en general, soporta mucho mejor que se hable de sus vicios y crímenes, que de sus fracasos y debilidades.

  • Ninguno nace libre de vicios; y el hombre más perfecto es aquel que sólo tiene los pequeños.

  • Cuanto más conozco a los hombres, más admiro a los perros.

  • Un cobarde es un hombre capaz de prever el futuro. Un valiente es casi siempre un hombre sin imaginación.

  • En el país de los ciegos el tuerto es el rey.

  • Muchas veces he pensado si el mal no está puesto en el Universo como un tema de trabajo y un incentivo a nuestra curiosidad.

  • La tierra no produce para los ignorantes sino malezas y abrojos.

  • El hambre es la compañera inseparable del perezoso.

  • En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.

  • Cien veces al día burlamos nuestros propios defectos censurándolos en los demás.

  • La avaricia y la paz se excluyen mutuamente.

  • No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

  • No hay cristales de más aumento que los propios ojos del hombre cuando miran su propia persona.

  • Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás.

  • Toda necesidad se calma y todo vicio crece con la satisfacción.

  • La tristeza es un don del cielo, el pesimismo es una enfermedad del espíritu.

  • Nuestras virtudes y nuestros defectos son inseparables, como la fuerza y la materia. Cuando se separan, el hombre no existe.

  • Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.

  • La vanidad es el amor propio al descubierto.

  • He sido un ser egoísta toda mi vida, no en teoría, pero sí en la práctica.

  • La pereza, es decir, la pasión de la inacción, tiene, para triunfar, una ventaja sobre las demás pasiones, y es que no exige nada.

  • El vicio rara vez se insinuó oponiéndose a la honradez; casi siempre toma el disfraz de ésta.

  • El mal que hacemos es siempre más triste que el mal que nos hacen.

  • La ignorancia y el error son manantiales de mal humor.

  • Nada hay más terrible que una ignorancia activa.